Estas Navidades son distintas.

Cada año me gusta menos la Navidad;

es lo mismo de siempre,

sonreír y regalar bondad

hasta que pase diciembre

y todo vuelva a comenzar.

Hay 365 días al año

y das importancia a estos días

como a la puerta que (no) abro,

¡pues menuda alegoría!

Ves a familiares que no recordabas que existían,

qué irónico suena esto,

pues hacía años que no los veías

y compartes anécdotas y gestos.

Feliz Navidad vas diciendo por ahí,

besando a un montón de rostros

pero el que tú quieres no está aquí

y te sientes más que solo.

Compartes regalos con ilusión

aun sabiendo qué contiene

cada sobre en su interior.

Gracias, sueles responder.

Dónde está la Navidad

en la que creía en lo inefable,

la que cada noche hacía esperar

a sentirme la imparable.

Echo de menos sentirme pequeña,

echo de menos la emoción,

pues no soy la misma de siempre,

ya no late el corazón.

No es ausencia, no es amor,

son los años... creo yo.